Quien piensa que la Comunidad Valenciana solo vale la pena por sus costas está muy equivocado/a, y Guadalest es un claro ejemplo. Yo siempre intento darle valor a todos esos lugares de los que podemos disfrutar en nuestro territorio, unos conocidos y otros no tanto.
Valencia, Bocairent, rutas de montaña como la circular desde Agres al Montcabrer en plena Sierra de Mariola, o el Maigmo…, son solo una pequeña muestra. A lo que hay que sumar las playas y zonas de costa que, si las buscas, pueden ser oasis de tranquilidad. Las 3 calas de Benitatxell o algunas de Jávea son un claro ejemplo.
GUADALEST
Para alojarnos decidimos quedarnos en casa de Mika, que se encuentra a escasos 8 kilómetros de Guadalest, al lado del río. La contratamos a través de Booking y la verdad que estuvo bien. Un precio bajo, una casa decente y Mika disponible en todo momento.
Guadalest es una pequeña población de la Marina Baja, una de las comarcas o zonas que más me gustan de todo Alicante, ya que ofrece zonas de costa increíbles con preciosas sierras y montañas cercanas al mar.
Actualmente es un pueblo totalmente turístico, gracias a su enclave, a sus vistas y a su castillo. El pueblo se sitúa en un valle, atravesado por un río y rodeado por las sierras más representativas de la zona, siempre protegido por el Aitana, el monte más alto de la provincia de Alicante. Esto hace que aun teniendo un clima suave, puedas disfrutar de la nieve en ocasiones.
Para aparcar no hay que marearse mucho, nada más llegar hay un parking que cuesta dos euros todo el día. Allí hay una oficina de turismo donde te dan el mapa y te explican lo que puedes hacer.
Guadalest es pequeño, y el paseo circular que te recomiendan con la entrada al castillo incluida puede demorarte entre 1 o 2 horas. A parte, tienes varios museos y tiendas de souvenirs y productos típicos de la zona repartidos por todo el recorrido.
La entrada al castillo y a la casa museo cuesta 4 euros (hay entradas reducidas para jubilados y estudiantes). Vas por libre, y puedes recorrer prácticamente todas las habitaciones de la casa antes de subir al castillo. La verdad es que nos gustó bastante, es una casa señorial del S.XVII aunque su última gran reforma se acometió después de ser arrasada por un incendio en la Guerra de Sucesión.
Del castillo queda poco, solamente subir a lo alto del torreón para tener unas vistas más privilegiadas de la zona del pantano, y por la otra parte de la Serra d’Aitana.
Al acabar sales por la parte de atrás, y cruzas la plaza del pueblo. Allí tienes más miradores para contemplar las vistas tranquilamente.
Vuelves sobre tus pasos, atraviesas la gran piedra que separa las dos partes del pueblo, y acabas la ruta circular por la parte de abajo, de nuevo con unas vistas preciosas de toda la sierra con el Mediterráneo al fondo.
Para comer teníamos dos opciones. La primera era ir a Benimantell que está a escasos 5 minutos en coche, a Casa Paco, donde por un precio razonable comes muy bien, o al menos eso nos dijeron. Y puede ser porque estaba lleno y no pudimos.
Así que decidimos ir a uno de los restaurantes que hay en la carretera antes de entrar a Guadalest viniendo desde Callosa, el restaurante Xorta. Nos ofrecieron 3 menús de 14, 18 y 25 euros creo recordar, más la carta y cosas fuera de carta. Nosotros optamos por la carta y comimos muy bien, probando platos típicos de la zona como la Olleta de Blat, el Arroz caldoso, una pelicana o las croquetas caseras. Los postres, espectaculares todos, junto a la mistela, culminaron el homenaje.
Todo riquísimo acompañado de un vino de la tierra, con un trato excelente y unas vistas inmejorables.
Después de comer y hasta el que el tiempo nos lo permitió, bajamos al embalse. Para llegar hay que ir dirección Callosa un par de kilómetros y coger un desvío a la izquierda, está señalizado.
Hay dos opciones, dejar el coche nada más llegar y hacer la ruta circular a todo el embalse, o andar lo que te apetezca y volver por tus pasos. O ir con el coche por la carretera hasta donde te apetezca, aparcar y ver lo que quieras.
Como el día no acompañaba nosotros hicimos eso,recorrimos la carretera hasta mitad embalse más o menos, aparcamos y bajamos hasta abajo un poco campo a través. Vino bien para bajar un poco la comilona y tener otras vistas, esta vez de Guadalest, Benimantell y toda la sierra desde otra perspectiva.
muy bonito todo
Gracias, uno de los pueblos más bonitos de la Comunidad Valenciana.
me gusta tu estilo
Muchas gracias, buen piropo 😉