Valparaíso

Valparaíso es la tercera ciudad en población de Chile y donde encontramos la sede del Congreso Nacional, además de ser el puerto más importante del país. Tenía muchas ganas de visitarla ya que fue fundada por un paisano del pueblo de al lado del mío, Valparaíso de Arriba, del cual recibió el nombre, Juan de Saavedra. Además siempre me ha llamado la atención las habladurías sobre esa ciudad bohemia de artistas callejeros, donde Neruda pasó parte de sus días en La Sebastiana y donde los graffitis son parte de la ciudad.

 

¿Cómo ir?

Si sales desde Santiago la forma más económica de viajar a Valparaíso es coger el metro (línea roja) hasta la parada de «Los pajaritos», justo desde allí salen los autobuses hacia Valparaíso y Viña del Mar, salen cada 10 minutos y hay varias empresas para elegir. Lo mejor es preguntar en todas, pero el día que fui yo la mejor era Turbus y nos costó 6.500 pesos al comprar ida y vuelta por persona (había una oferta), puedes comprar la vuelta aunque no tengas decidida la hora. También puedes elegir autobuses mejores con asientos cama, comida, televisión, etc..; pero son más caros claro. Se tarda 1:20 horas en llegar aproximadamente.

Si viajas en fin de semana ten en cuenta que hay mucha gente que vuelve a Valpo después de haber estado toda la semana en Santiago (trabajo, estudios.. ) y que colapsan la estación con facilidad en las horas de la tarde.

¿Dónde alojarte?

Alojarse no va a ser un problema ya que la ciudad, o mejor dicho la parte turística, está llena de hostales, hoteles, casas de alquiler, B&B, etc.. También depende de los días que vayas y de lo que esperes de tu alojamiento, nosotros para una noche primamos el precio y la ubicación. Escogimos La casa volante por el precio y por la situación pero podéis mirar más sitios.

Sobre la ciudad

La ciudad es enorme, nace de una bahía que está rodeada de cerros, todos ellos con casas construidas de forma caótica, sin sentido ni orden. Esto le da su encanto a la vez que su tristeza ya que la gran mayoría de esos cerros son chabolas sin agua ni luz, con casas de chapa y cartón, en las que malviven muchísimas personas. Y que como suele pasar con las desgracias siempre se ceban con esa parte de la población, el último caso un enorme incendio (abril 2014) que desoló decenas de miles de ese tipo de construcción dejando muchos muertos y a miles de familias en la calle.

Pero todo esto queda muy lejos de la burbuja turística que se concentra en dos cerros: cerro Alegre y cerro Concepción. Ambos cercanos al puerto y en la zona baja de la ciudad, que son los que forman parte del «Patrimonio de la Humanidad», o al menos lo que te marcan en los mapas.

Mi impresión, y mira que tenía ganas de ir y verla, fue un poco decepcionante. Nos encontramos con una ciudad sucia, descuidada, con olores y sin sabor. Sí, si paseas por los dos cerros antes mencionados puedes disfrutar de los graffitis y de ese Valparaíso de calles estrechas, casas bonitas, miradores impresionantes y rincones maravillosos (algo sucios también); pero eso te lo acabas en un par de horas. Después vuelve el Valparaíso que no creo que ni ellos mismos quieran tener.
Nosotros intentamos pasear por varios barrios diferentes a los turísticos, pero no valió la pena. La imagen era más decepcionante cada vez, y ni el encanto ni las ganas de descubrir la ciudad nos ayudaron a no abandonar la tarea. Además, la inseguridad crece conforme te alejas de los cerros más turísticos directamente proporcional a lo que crece la suciedad.
Cierto es que había una huelga o parón de los trabajadores de la limpieza, pero aun así, la ciudad necesita un vuelco y su gente necesita un cambió de actitud.

Bares y zona de copas

En el hostal nos mencionaron las calles Cuming y Almirante Montt como la zona más bohemia para salir a tomar algo, con música en directo y el mejor ambiente que puedes encontrar. También la cercana c/Ecuador, aunque ésta es más una zona universitaria con otro tipo de pubs más discotequeros.

Hotel restaurante Fauna: del hotel no puedo hablaros pero sí del restaurante. Queríamos algo especial para acabar nuestro viaje y nos recomendaron este sitio en el hostal, y la verdad que acertaron. Trato exquisito, comida buenísima, platos abundantes, buena selección de vinos chilenos y unas vistas privilegiadas desde la terraza, tanto de dentro como de fuera ya que la pared está toda acristalada. Recomiendo una visita y mirar la carta aunque sea.

El Canario: es el primero si empiezas por arriba en la c/Cuming 142, antro pequeñito perfecto para tomar unas cervezas, lleno de lugareños y donde se respira revolución.
El gato en la ventana: en c/Cuming 113, un poquito más abajo, pub donde puedes encontrar música latinoamericana en directo o pequeños grupos amateurs casi todos los días.
La Piedra feliz: lo encontramos en c/Errázuriz 1054, la primera calle desde el puerto. Es un pub/restaurante con varios salones en los que puedes encontrar diferentes ambientes y conciertos de música más variada, desde música chilena, latinoamericana, rock, jazz..

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