Tartagine (Zona centro Córcega 1ª parte)

Tartagine

De la parte interior de la isla la zona que más destaca es Corte y sus alrededores, como los bosques de Tartagine. Inmensos macizos, laderas casi verticales, bosques cerrados, ríos de aguas cristalinas, increíbles gargantas, desfiladeros y valles preciosos nos esperan allí.

El río Tartagine ha creado un paisaje único de gargantas y espesos bosques. Sus pinos parece que quieren tocar el cielo a la vez que se sustentan de manera increíble en las escarpadas y empinadas laderas.

Una de las zonas más destacadas a caballo entre la Balagne y Corte es la región de Giussani, formada por el río Tartagine junto a sus afluentes y unas pequeñas poblaciones. Un área montañosa rodeada de macizos de más de 2000 metros de altura poblados por encinas, castaños y diferentes tipos de pino.

4º día – Tartagine

 

Después de un inicio de viaje maravilloso por Cap Corse nos apetecía cambiar de registro, y nos dirigimos al interior de Córcega. Salimos desde Saint-Florent sin tener muy claro el destino. Ya que estábamos por la zona nos asomamos a la playa de Ostriconi, en el otro extremo de Los Agriates, pero no era un buen día de playa ya que hacía muchísimo viento.

Aun así fuimos para verla, y eso que hay que andar unos 10 o 15 minutos desde el parking, cruzar un río a través de un puente, y en nuestro caso, una lengua de agua. Obligado mojarse si quieres llegar a la playa.

Desde allí nos dirigimos a Lama, un precioso pueblo cercano a la carretera construido en la ladera de la montaña, y con unas vistas privilegiadas de las sierras cercanas y del mar. Un pueblo donde parece que no pasa el tiempo con sus calles empedradas adornadas con flores y donde sorprende la mezcla de diferentes arquitecturas: grandes caserones compartiendo calle con pequeñas antiguas casas empotradas en las piedras.

Tartagine
Lama
Tartagine
Lama

Después de Lama finalmente decidimos ir hacia las Gargantas de Tartagine y pusimos rumbo a la casa forestal al lado el río. Para llegar disfrutamos de una carretera preciosa a la par que vertiginosa que ya es motivo suficiente para acercarse a esta zona. Aparcamos en el parking y comenzamos una ruta hacia la derecha, remontando el río.

No teníamos intención de hacer ninguna cima ya que las rutas marcadas son de unas 6 horas entre ida y vuelta y ya era tarde, pero sí disfrutar del bosque y encontrar alguna zona de baño tranquila, ya que las cercanas al parking estaban llenas.

Andamos unos 45 minutos hasta justo antes de una pedrera que cruza la ladera, desde allí bajamos al río y disfrutamos de unas pozas impresionantes y totalmente solos.

Tartagine
Río Tartagine

Ese día dormimos en el mismo parking con algunas furgonetas más. Cuando se fueron todos los coches, disfrutamos de la compañía de un viejo zorro que baja a comer restos, y a pedir a los que todavía están allí.

Tartagine

5º día – Tartagine

Después de una noche con algo de lluvia pero muy tranquila, tocaba otra ruta por el río para soltar piernas. Esta vez fuimos en dirección contraria, siguiendo el cauce del río. Desayunamos en la casa forestal donde nos dijeron que podíamos llegar en unos 45 minutos a un antiguo puente, y que hasta allí el paseo era muy bonito.

Tartagine
Tartagine

Y tenían toda la razón, el paseo más bonito que el día anterior, el puente fotogénico y el baño en el río increíble.

Tartagine
Tartagine

De vuelta hacia la costa paramos a comer en el Albergue U Pasturellu-Restaurant que se encuentra en la carretera a la altura de Forcili, en la comuna de Pioggiola. Sin duda, el mejor sitio en toda la isla de los que paramos a comer, tanto por la comida, como por la atención y el restaurante en sí. ¡Lo recomiendo!

Después de comer hicimos una parada breve en San Antonio (el parking cuesta 2 euros), considerado uno de los pueblos de interior más bonitos de Córcega, y la verdad es que no es para menos. Aunque el exceso de explotación turística hace que se haya transformado en un paseo lleno de restaurantes, tiendas de suovenirs y productos corsos. Aun así, vale la pena la visita.

Tartagine
Vistas de la costa desde San Antonio

Siguiente parada fue la playa de Bodri, mucho más turística de lo que imaginábamos, donde nos tocó pagar 3 euros en el parking. La playa está bien, es bonita y como todas, con unas aguas turquesas y cristalinas.

En este punto nuestro itinerario cambió ya que, pensábamos que teníamos una casa reservada por la zona, pero al intentar contactar nos dimos cuenta que no (por error nuestro). Así que después de unos minutos de incertidumbre, decimos volver hacia el interior, a Corte, y de camino buscar un alojamiento (queríamos descansar de la furgoneta y darle unos días de tranquilidad a nuestra hija).

Antes de llegar vimos en Booking un alojamiento cercano a Corte, en Ponte Castirla. Decidimos no reservarlo e ir directos allí para verlo, y acertamos ya que pagamos 15 euros menos por noche. Un alojamiento sin pretensiones en casa de dos hermanas que se desvivieron por nosotros en todo momento para que no nos faltase de nada. El precio inmejorable, el desayuno más que abundante y la atención de 10. La habitación con mobiliario viejo, amplia y limpia. Nuestro experiencia allí de 10.

 

 

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